lunes, 19 de agosto de 2013

A mí me volvió loco tu forma de ser...

POR RENZO BERECOECHEA

Estoy conmovido. Realmente conmovido.
Acabo de ver por tercera vez (y creo que no será la última) Tiene la palabra. Esta vez con Mariana Fabbiani como figura entrevistada.
Verla en un reportaje ya de por sí me genera una expectativa extra y una alegría inmensa. Pero descubrirla y conocerla aún más es doblemente placentero. 

Pude comprobar -y reafirmar una vez más- el profundo cariño que le tengo y mi sincera admiración hacia su trabajo… y su forma de ser. 
Conocer a la persona detrás del personaje es algo que, por lo general, atrae al público. Aunque a decir verdad, Mariana es tal cual se la ve en pantalla. Fresca, espontánea, franca. Se la nota verdadera, y eso se percibe. 
Tiene una luz especial, una energía que la vuelve única. 

La gente la siente amena, cercana, familiar. Y lo digo con conocimiento de causa: hace ya 3 años llevo adelante este espacio dedicado a ella, y me encuentro a diario con mensajes llenos de cariño y afectuosidad por parte del público.
Tampoco es casual que tenga una imagen tan positiva en la gente. Y todo gracias a su personalidad. 

En su forma de actuar ante la vida, los valores –algo que siempre señala- que le fueron inculcados en una familia omnipresente a la que tanto quiere y protege; en la relación con sus afectos más íntimos -capítulo aparte merece la amorosa relación que mantiene con sus abuelos Mariano y Mirna-, y el respeto latente por la profesión y el medio en el que trabaja. Viniendo de una familia de artistas, valora doblemente cada logro alcanzado y recorre su camino sin apresurarse y con la seguridad de haberlo conseguido por mérito propio. 

Su carrera artística (¡Ya 20 años!) es consecuente al grado de responsabilidad  y compromiso con el que ejerce su trabajo. Un recorrido ganado con esfuerzo, profesionalismo y dedicación. Un lugar de reconocimiento que agradece genuina y humildemente (punto a favor). 

Como bien lo señaló ella misma en la devolución final del programa, el medio es a veces hostil, tanto para quienes trabajan en él como para quienes lo consumen. Sin embargo, la mirada que tiene Fabbiani sobre la televisión es sumamente respetuosa y esperanzadora. Prefiere resaltar aquello bueno -dar un mensaje positivo, surtido de valores y buenas intenciones- por sobre aquellos mensajes que distan de su estilo personal y critican denostadamente a la pantalla chica.
Promover una televisión con calidad, entretener con buenas armas y asumir el rol de conductora con la responsabilidad que todo medio de comunicación masiva amerita. Es importante tener en claro qué es lo que se quiere comunicar, y cómo. Y si de formas se trata, Mariana lo cumple a la perfección.

No quiero ser reiterativo ni ahogarlos en obsecuencias, pero de verdad considero que estamos frente a la animadora más importante de nuestra televisión, y a la conductora con más proyección. Me siento afortunado de habérselo dicho personalmente en más de una oportunidad. 
Y poder expresarlo y compartirlo en este sitio, que crece día a día a razón de su llegada a la gente, me da las pautas necesarias para reconocer que lo dicho en este artículo es absolutamente verdadero. 

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