viernes, 24 de mayo de 2013

El diario de Mariana: nuestra mirada

CRÍTICA
Por Rodrigo Lussich
Por Adrián Pallares

Arrancó el miercoles el nuevo magazine de El Trece, conducido por Mariana Fabbiani junto a Humberto Tortonese, Luis Bremer y otros colaboradores.

Las tardes de El Trece inauguraron el miercoles El diario de Mariana, el nuevo ciclo conducido por Mariana Fabbiani. Acompañada por Humberto Tortonese, lo mejor que tiene el programa sin dudas es su conductora: carismática, alegre, sencilla y cercana, eso es Mariana Fabbiani y es su marca registrada.

Sin buscar descubrir la pólvora, el programa se encasilla en ese género llamado "Magazine", que es esa palabra que se utiliza para definir programas que mezclan un poco de farándula, temas de actualidad, un living, invitados, secciones y panelistas; aquí con bastante orden y concierto pero aún buscando su identidad.

Queda claro que el programa está apoyado en Fabbiani y Tortonese; ellos van juntos para todos lados, la química que tienen es innegable pero aquí -puesto en un programa de la tarde- se sabe que el humorista está contenido de no decir las barbaridades que lo caracterizan y son parte de su estilo. Si él dice "hasta los huevos" ella hace de cuenta que no lo escucha y sigue adelante tratando de no caer en la trampa.

Luis Bremer, Natalia Moncalvi y Diego Leuco son los periodistas que acompañan a la dupla principal. Los tienen a un costado para presentar sus infomes y hacen su entrada cuando abordan los temas. No se entiende bien la especialidad de Leuco, que hace farándula con el caso Muhlberger cuando Bremer está para hacer espectáculos. Moncalvi por ahora vende un concurso telefónico.

El caso de un hombre deforme lleno de tatuajes fue "la nota" del programa debut y del segundo. Un freak siempre llama la atención. Lanata fue el invitado del primer programa en un juego con sifones divertido; en el segundo Carmen y Moria.

Amena y siempre sonriente, la conductora es componedora y trata de equilibrar las partes. Quizás todo tan contenido merezca más soltura pero es algo que se encontrará con el correr de los programas. El mayor desafío de "El diario de Mariana" -además de mejorar el rating que El Trece necesita para la tarde- es tratar de ser "distinto", lo cual es difícil en televisión y en su género. Da la sensación que más de lo mismo hace que la audiencia oscile en el zapping, pase y vea, se quede si le gusta lo que hay y sino cambia de canal.

Para fidelizar al público tan necesario, sobre todo al competir con programas instalados en el tiempo, no alcanza con que sea "prolijo". Hay que ser distinto. Nadie inventará la pólvora, está claro, pero caer en la medianía de la tarde sería un desperdicio cuando se sabe que la frescura de la conductora ha sido la mejor impronta de su carrera.

FUENTE: RATING CERO

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