–Máximo era un nombre que me gustaba y Mariano lo tenía en carpeta para el primer varón. Seguimos con las "M": Mariana, Mariano, Matilda… Hay también muchos nombres con "M" en mi familia y en la de Mariano.
–¿Tienen ganas de casarse?
–Lo estamos pensando. Nunca fue un tema entre nosotros, pero ahora lo hablamos más porque Matilda nos pregunta o quiere que nos casemos. Queremos casarnos cuando nuestros hijos también puedan ser grandes protagonistas de ese momento. Igual, yo ya me siento recontra casada, pero está bueno celebrar el amor.
–¿Cómo vas a hacer con tu trabajo cuando nazca Máximo?
–Es para mediados de septiembre. Obviamente me voy a tomar un tiempo, no sé cuánto, en el canal están deseando que sea poco, pero le voy a dar prioridad. Con Matilda me tomé tres meses, pero ahora no creo que pueda. Pero todo paso a paso, espero poder seguir así y trabajar hasta último momento. Seré mamá canguro como fui con Mati, le daré la teta, me iré en mitad del programa y volveré. No lo quiero ni pensar, porque una noche me desperté con ese tema y la cabeza se me volvió imparable.
–Por delante tenés además la conducción del Martín Fierro.
–¡Tantas horas paradas! [Se ríe]. Seguro que voy a tener una banqueta cerca. Esta es la segunda vez que conduzco embarazada: del embarazo de Matilda me enteré después de los Martín Fierro. Me acuerdo de que terminé la conducción y me sentía pésimo, me bajó la presión y como me había llevado un test, me lo hice en el hotel. [Carcajadas].
–¿Cómo te imaginás mamá de un varón?
–Creo que los varones son más fáciles, las mujeres somos más rebuscadas, más complicadas, más intensas. Cuando empiezan el jardín ya arrancan con "Me peleé con una amiga" o "A esta la quiero más que aquella". Los varones se pegan, se revuelcan y después todo fluye. Cuando la veo a Matilda tan chiquita y tan femenina, con esa cosa tan de mujer, digo: "Claro, nosotras somos así desde que nacemos".
–¿Ya están con los preparativos para recibir a Máximo?
–La verdad es que muchos preparativos no, pero debería empezar.
–¿Quién te hizo el primer regalo?
–Mirtha [Legrand] cuando fui a los almuerzos. Me regaló un equipo de ropa... Pero estoy relajada, vamos de a poco: preparar el cuarto, si veo un pantalón de varón que me encanta, lo compro, pero todo muy tranquilo.
UNA MUJER EN LA TELEVISION
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Mariana, feliz con su momento. Foto: María Teresa de Jesús Alvarez |
–Desde hace muchos años, sos "cabeza de compañía" y tenés tu propio programa, pero no tenés aires de diva.
–Hace veintiún años que trabajo sin parar y lo único que me importa es la permanencia en este medio, que es muy difícil. Diva, no diva, no sé qué es eso. Yo soy así, natural, no me interesa mostrar algo que no soy, ni dar una imagen que tenga que sostener.
–El Diario de Mariana te dio la posibilidad de tocar temas como política y economía.
–Claro, salir un poco del humor. Me encontré en este programa con temas que nunca había abordado públicamente y me encantó que la gente me vea así.
–¿Sos cuidadosa a la hora de opinar?
–Soy cuidadosa, por supuesto, porque uso el sentido común, no soy periodista ni tengo la intención de parecerlo y quiero ser responsable más que cuidadosa.
–¿Pero te preocupa que digan si sos oficialista u opositora?
–Eso es muy difícil porque hay mucha sensibilidad, pero yo digo lo que pienso y no estoy de un lado ni del otro.
–Este gran momento de plenitud personal y laboral se vio empañado con las muertes de tu abuela [Myrna Mores] y tu amigo Jorge Ibáñez.
–Se me vino encima todo el mismo día. ¡Muy angustiante! A mi abuela la extraño muchísimo, pero estoy tan llena de todo lo que me ha dado, que la siento superpresente. Y lo de Jorge… Me cuesta incorporarlo, creerlo y siento que es una pérdida enorme, se fue un gran amigo. Cuesta entender la muerte de alguien joven, vital, que tenía todo para seguir. Yo trato de tener cierta sabiduría ante la muerte, tratar de aceptarla, no pelearme con eso, pero es difícil.
–¿Cómo lo recordás a Jorge?
–Alegre, humilde, talentoso... Siempre con actitud positiva, todo estaba bien para él. Una personalidad única que te inyectaba energía. Yo lo conocí a través de mi abuela, ella lo amaba, vivían a tres cuadras, se veían todo el tiempo. Tantas veces hablé con Jorge de mi abuela que cuando se fueron el mismo día me pareció una gran ironía de la vida.
Texto: Sebastián Fernández Zini
Fotos: María Teresa de Jesús Alvarez
Producción: Georgina Colzani
Maquillaje: Xime Matienzo
Peinado: Albe Revetria
Agradecimientos: Sagardi Loft Osteria (Humberto Primo, 319), Baby Cottons, Fabián Zitta, Gabriella Capucci, La Folie, Mechi Garay, Roma Renom y Ricky Sarkany.